MECÁNICA DE SUELOS NO SATURADOS
La mecánica de suelos tradicional, tal como la concibió Karl Terzaghi en los años 30, se desarrolló sobre una hipótesis muy conveniente como es suponer que el suelo se encuentra en uno de los siguientes casos límite: completamente seco, o bien, completamente saturado. Dicho de otra manera, que sus poros se encuentran rellenos de un único fluido: aire, agua o cualquier otro. Hacerlo así supuso una enorme simplificación para el estudio teórico y experimental del comportamiento del suelo, que de por sí es tremendamente complejo. Además, de cara a las aplicaciones prácticas de la mecánica de suelos, esta hipótesis básica no supuso una limitación importante, ya que en general es conservadora. Así, a pesar de que a primera vista esta hipótesis aparece como muy limitante, en realidad ha permitido que la mecánica de suelos que podríamos llamar “tradicional”, se ha convierta en una herramienta potente para resolver problemas prácticos que se presentan en obras de ingeniería.

Menisco de agua capilar en el contacto entre dos granos de suelo (Alonso & Gili, 2002)

Sin embargo, se debe reconocer que un suelo totalmente seco o saturado rara vez se encuentra en la realidad y, lo que es más importante, que el comportamiento de un suelo con más de un fluido en sus poros puede diferir mucho del comportamiento saturado. Esto se debe a que los fenómenos asociados a la tensión superficial (succión, ascenso capilar, etc) simplemente no ocurren en un suelo saturado. Otros fenómenos que sólo se observan en condiciones de saturación parcial son los asociados al flujo (multifase y multiespecie) y los cambios de estado de los fluidos (evaporación, condensación, precipitación de sales, etc). A estos pueden agregarse el flujo de calor y las reacciones químicas y su interacción con los otros fenómenos. El estudio en detalle de estos fenómenos es el campo de la Mecánica de Suelos No Saturados, y si bien para muchas aplicaciones de la geotecnia, este estudio detallado puede obviarse sin mayores consecuencias, no es menos cierto que en otros muchos casos sí resulta relevante. Como ejemplos pueden citarse los problemas con suelos expansivos, el colapso por humedecimiento, comportamiento de suelos compactados, diseño de barreras de ingeniería, transporte de contaminantes y el comportamiento térmico de suelos. Recientemente las aplicaciones de la Mecánica de Suelos No Saturados se ha extendido al estudio de otros materiales porosos tan diversos como las rocas arcillosas o las escolleras.

Degradación de una roca arcillosa por cristalización de yeso al ser sometida a acciones “ambientales” (flujo capilar y evaporación)